jueves, 2 de agosto de 2007

El guardián del fútbol.


El fútbol, suele adjudicarle a las matemáticas demasiado valor. Los juicios corren el riesgo de volverse sumarios y un análisis se resuelve siempre en términos cuantitativos. Cuánto vale, cuánto gana, cuánto corre y cuántos años tiene, son preguntas tan comunes y corrientes, que limitan la reflexión de la palabra y la evaluación de las responsabilidades. Hay jugadores que dominaron las cifras de su carrera hace tiempo. Pitágoras los dejó en paz, cuando cumplieron treinta años con veinte títulos. El algoritmo fue derretido al calor de un silogismo, que se siente más cómodo valorando leyendas que estadísticas.

La historia se esconde tras la bruma catalana, durante una noche salitrosa y húmeda, en la que el Nou Camp escurría su grandeza hasta el mediterráneo. Al minuto ‘75 Migueli canjeo el fémur por la pelota y Alexanco recuperó la jugada con la voz. Victor mandó un centro con el cuello, que Schuster remató con los bigotes. La pelota abandonó el campo alegremente y mientras sonreía, llegó a las manos de un bisnieto de Gamper, que la devolvió al juego con la inocencia del mejor recogepelotas de la historia.


Criado en La Masía, donde el F.C. Barcelona suele parir a los “cracks” ; Pep Guardiola se alimentaba por la pupila y el oído. Devoraba lecciones de fútbol cada vez que se sentaba detrás de la valla de estática, acudiendo con devoción al aula preferencial de aquel campo santo. Apenas tenía trece años, pero Gaudí, Miró y Dalí ya le habían echado el ojo a la futura obra de arte, que Catalunya estaba esculpiendo en hueso y músculo.

Pasaron los años y al pequeño Pep le salió la barba, requisito indispensable para abrir la puerta del vestidor más imponente de la historia moderna del fútbol: El Dream Team de Johan Cruyff. En aquella alineación rodeado de ilustres, forjó una carrera que con el tiempo se volvería monumento al barcelonismo. Inventor de la planeación estratégica dentro de un terreno de juego, Guardiola se graduó como Licenciado en Administración de Empresas jugando al fútbol. Hizo del tiempo movimiento. Del espacio un lugar. Del compañero un recurso. Del balón materia prima. Y de su imagen, una fuerza de ventas.

Declaraba sus intenciones cada vez que uniformaba su pensamiento de azulgrana, “El fútbol es el juego más sencillo del mundo, basta que tu pie obedezca a tu cabeza” suele decir, mientras entiende el juego como un ejercicio mental. Es un atleta del pensamiento y el futbolista más cerebral de su época. De ahí que poco nos importen a algunos sus 35 años. Es más veloz que cualquiera, porque piensa más rápido que nadie sin la pelota. Y cuando pasa por sus pies, logra que su equipo se mueva como ninguno.

Con el apellido redactado en el gentilicio de “guardián” , Guardiola ha sido fiel custodio del balón y la virtud de su redondez. De su eterno compromiso con él; alguna vez mencionó a un neófito: "Te sonará a gilipollez, pero al fútbol se juega con un balón” Frase que acuñó cuando comprobó la siguiente teoría “Antes de que te pasen el balón debes saber dónde lo vas a mandar, si no está claro, mejor guárdalo, dáselo a tu portero, pero nunca lo regales”

La vida da tantas vueltas, que a veces los mejores momentos pasan frente a nuestras narices sin que nos demos cuenta. Y así, confundidos por el tiempo y la exigencia práctica del cálculo, convertimos al fútbol en objetivo crítico de las ciencias exactas. Por eso, recomiendo a los aficionados en general del Fútbol Mexicano, sin importar la hinchazón de nuestros colores, que nos volvamos un poco fanáticos de los Dorados de Culiacán. Un equipo que sin inventario mítico, atesora hoy, gran parte de la leyenda del fútbol moderno con la alineación de un futbolista histórico en su cuadro titular. Allá, donde el sol arrincona las sombras y derrite al que se mueva, hay un futbolista capaz de trascender en el plano de los años. Utilizando al pasado como futuro y al presente como verdad.


Aprovechemos los últimos años de la carrera de Pep Guardiola como jugador, antes que se vuelva entrenador y dirija al Barcelona con la filosofía de su vida. Exprimamos sus conocimientos al máximo. Aprendamos viéndole jugar, hablar, dirigir y vivir. Porque encima de todo, además de ser un inmenso futbolista es un tipo tan humilde, que tiene la noble capacidad de entregarse al máximo jugando con el gigantesco F.C. Barcelona, que para el pequeño Dorados de Culiacán.

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