Las sociedades exigen líderes. Ubicar figuras exactas y precisas en cuyos rostros se identifique la victoria y los sueños. La Estadística suele aplacar la necesidad de ordenar el placer de mayor a menor. Mediante los números, podemos ponerle un subjetivo índice al talento. A cada vez menos tiempo del mundial, será bueno ir preparando el archivo de los mejores, para explicar lo que podremos ver y lo que queremos sentir. Estos son de acuerdo a expertos, los diez mejores jugadores del mundo hasta la fecha. Como en las matemáticas que se empeñan en ponerle número a todo; en este caso sus propiedades son humanas, porque el orden de los factores no altera el producto.
Ronaldinho, Brasileño del Barcelona.-
Su mejor jugada siempre es una sonrisa. En su caso es tan importante el odontólogo como el kinesiólogo. Utiliza la alegría como táctica y su madurez como jugador depende cada vez más de su inocencia como persona. La estrategia del brasileño es un estado de ánimo, Ronaldinho se encuentra feliz cuando sale a jugar al campo y lo refleja aún en la efectividad de sus compañeros contagiados por las risas, que para alinear a su lado, tienen la obligación de divertirse con él. Es el número uno del mundo.
Zidane, Francés del Real Madrid.-
Ha sido tan grande, que aún le queda fuerza para pelear el liderato por el primer sitio frente al brasileño. Zinedine Zidane posiblemente sea el futbolista con más títulos sobre la tierra, lo que le convierten de inmediato en miembro de la familia real del fútbol, que encabezan Pelé, Maradona, Distefano y Cruyff. El francés es el quinto de los magníficos. Campeón del Mundo con Francia y Campeón de Europa también. Campeón Europeo de Clubes, Campeón de Liga en Italia y en España, Campeón Mundial de Clubes. Multicampeón para la FIFA y la UEFA con botines y balones de oro y hasta Campeón de la UNICEF y de la ONU. El solo acumula más trofeos que la mitad de los clubes europeos y sin embargo; quien lo conoce sabe que en su casa, apenas guarda algunos recortes de periódico de su debut en Marsella y de su campeonato mundial en 98, cuando levantó la copa en Sain´t Dennis. Para muchos lo mejor que tiene es la precisión en el pase. Para otros, su mayor virtud está en los ojos, que pueden ver cosas dentro del campo que casi nadie observa. El resto considera que su físico ágil, ligero y habilidoso pero al mismo tiempo fuerte, poderoso y veloz, ha sido la clave de su éxito. Pero hasta el momento el mejor análisis de su carrera lo hizo su mujer, quien declaró que el secreto mejor guardado de Zinedine es su bondad como persona y su humildad como profesional.
Shevchenko Ucraniano del Milán.-
La geografía política de Ukrania cambió a partir de él. En silenciosa y erguida postura, diseñó su carrera en arte lapidario como el pensador sobre la piedra. Creció sobre el hielo, donde patinaba y gambeteaba rivales en una pista de hokey, confundiendo su verdadera vocación entre la nieve. Un día llegó a Italia y limpió la zona de brasileños, argentinos, holandeses e italianos. Es el gran solitario de San Siro pero el primero en echarse la historia del Milán al hombro. Su talento es tan grande, que alcanzará para llevar a su pequeña nación a jugar por primera vez en la historia un Mundial.Más que un jugador franquicia, es un jugador país; su orgullo es Ukrania, uno de los principales semilleros deportivos de la antigua Unión Soviética.
Pavel Nedved, Checo de la Juventus.-
Primo lejano de Shvechenko, algo más sonriente pero igual de silencioso. En su mirada aún guarda la nostalgia de la antigua Europa del este. En donde creció al amparo de su madre Praga, considerada por muchos el Paris detrás del muro. En donde las bellas artes se fomentan en cada esquina, incluso si en ellas rueda un balón a los pies de un niño. Ahí descubrieron a Nedved, con el look de un béatle atrapado en los sesentas y que enamoró a la dama del Calcio, la Juventus de Turín.
Thierry Henry, Francés del Arsenal.-
Hijo de la Francia mestiza. Con la fuerza de Europa y el alma de su colonia. Delantero voraz y un atleta del área. Utiliza los brazos mejor que nadie; para planear en vuelo y aterrizar sobre la portería, manteniendo el equilibrio en el aire. Alguna vez fue delgado, hasta que el Calcio y la Premiere Legaue alimentaron su organismo y lo incubaron para convertirlo en una maquina de ataque.
Frank Lampard, Inglés del Chelsea.
Es el nuevo nieto de la Reina y el mejor soldado del imperio. No es tan guapo como David Beckham ni tan feo como Wayne Rooney. Por lo tanto su mayor virtud es el equilibrio en ataque y en defensa. Capaz de recorrer la distancia entre Inglaterra y Escocia con un balón en los pies, defendiendo a la Gran Bretaña con el corazón de un león antiguo. Representante de la nueva generación inglesa, acumula en su genética la bravura del defensor histórico y asimila en su evolución la clase del atacante moderno. Tiene tanto músculo como talento y tanta fuerza como clase. En poco tiempo se volvió figura y en menos tiempo aún; se convirtió en crack.
Van Nilsterooy, Holandés del Manchester.
La ciencia falló en la clonación de Marco Van Basten, pero en el intento incubó a Roy Van Nilsteroy. El mejor rematador sobre la tierra y capaz de convertir una piedra en un balón de gol. A pesar de sus grandes dimensiones, el holandés se mueve mejor en un espacio pequeño. Es el mago del área chica y el jugo más fresco de la naranja mecánica.
Ronaldo, Brasileño del Real Madrid.
Apenas cinco minutos de Ronaldo alcanzan para ubicarlo entre los diez mejores. Con eso le basta al brasileño para seguir metido en la pupila del mundo. Un gol suyo es como una marca registrada… “Gol de Ronaldo” se oye bien y casi siempre se ve bien. Opacado por la adolescencia de Ronaldinho que lleva su nombre y su dentadura al frente. Aún sigue siendo decisivo en cualquier campo que pise.
Raúl, Español del Real Madrid.
Pocos se han detenido a elogiar la fortaleza mental de Raúl González. Sacrificado por los técnicos y humillado por el sistema de juego del Real Madrid en su versión de Spielberg. Los euros condenaron a Raúl a jugar vestido de gala en la terracería del medio campo. Nunca se queja y siempre está para cuando lo necesiten en donde sea. A Raúl solo le falta jugar de portero y de central en un Real Madrid que tiene encadenado al talento más espectacular en la historia de su cantera. Y al goleador más grande en la historia de la Champions League.
Samuel Eto´o, Camerunés del Barcelona
Su nombre es Africa, salvaje y natural. El alma de todo un continente habita en Samuel.
Que destella tras los matices brillantes del color negro en su nobleza espiritual. Es una fiera puesta en libertad dentro de un estadio y lo más peligroso que ha sucedido en Barcelona desde Gary Lineker. Ha hecho del Nou Camp una sabana africana, donde engulle a los porteros y se devora la pelota. Cuando Eto´o sonríe la blancura de sus dientes asusta a los rivales, síntoma de que el africano va en búsqueda de alguna presa a la que pronto convertirá en alimento de su leyenda, porque todo lo que huele a gol, Samuel se lo come.
Ronaldinho, Brasileño del Barcelona.-
Su mejor jugada siempre es una sonrisa. En su caso es tan importante el odontólogo como el kinesiólogo. Utiliza la alegría como táctica y su madurez como jugador depende cada vez más de su inocencia como persona. La estrategia del brasileño es un estado de ánimo, Ronaldinho se encuentra feliz cuando sale a jugar al campo y lo refleja aún en la efectividad de sus compañeros contagiados por las risas, que para alinear a su lado, tienen la obligación de divertirse con él. Es el número uno del mundo.
Zidane, Francés del Real Madrid.-
Ha sido tan grande, que aún le queda fuerza para pelear el liderato por el primer sitio frente al brasileño. Zinedine Zidane posiblemente sea el futbolista con más títulos sobre la tierra, lo que le convierten de inmediato en miembro de la familia real del fútbol, que encabezan Pelé, Maradona, Distefano y Cruyff. El francés es el quinto de los magníficos. Campeón del Mundo con Francia y Campeón de Europa también. Campeón Europeo de Clubes, Campeón de Liga en Italia y en España, Campeón Mundial de Clubes. Multicampeón para la FIFA y la UEFA con botines y balones de oro y hasta Campeón de la UNICEF y de la ONU. El solo acumula más trofeos que la mitad de los clubes europeos y sin embargo; quien lo conoce sabe que en su casa, apenas guarda algunos recortes de periódico de su debut en Marsella y de su campeonato mundial en 98, cuando levantó la copa en Sain´t Dennis. Para muchos lo mejor que tiene es la precisión en el pase. Para otros, su mayor virtud está en los ojos, que pueden ver cosas dentro del campo que casi nadie observa. El resto considera que su físico ágil, ligero y habilidoso pero al mismo tiempo fuerte, poderoso y veloz, ha sido la clave de su éxito. Pero hasta el momento el mejor análisis de su carrera lo hizo su mujer, quien declaró que el secreto mejor guardado de Zinedine es su bondad como persona y su humildad como profesional.
Shevchenko Ucraniano del Milán.-
La geografía política de Ukrania cambió a partir de él. En silenciosa y erguida postura, diseñó su carrera en arte lapidario como el pensador sobre la piedra. Creció sobre el hielo, donde patinaba y gambeteaba rivales en una pista de hokey, confundiendo su verdadera vocación entre la nieve. Un día llegó a Italia y limpió la zona de brasileños, argentinos, holandeses e italianos. Es el gran solitario de San Siro pero el primero en echarse la historia del Milán al hombro. Su talento es tan grande, que alcanzará para llevar a su pequeña nación a jugar por primera vez en la historia un Mundial.Más que un jugador franquicia, es un jugador país; su orgullo es Ukrania, uno de los principales semilleros deportivos de la antigua Unión Soviética.
Pavel Nedved, Checo de la Juventus.-
Primo lejano de Shvechenko, algo más sonriente pero igual de silencioso. En su mirada aún guarda la nostalgia de la antigua Europa del este. En donde creció al amparo de su madre Praga, considerada por muchos el Paris detrás del muro. En donde las bellas artes se fomentan en cada esquina, incluso si en ellas rueda un balón a los pies de un niño. Ahí descubrieron a Nedved, con el look de un béatle atrapado en los sesentas y que enamoró a la dama del Calcio, la Juventus de Turín.
Thierry Henry, Francés del Arsenal.-
Hijo de la Francia mestiza. Con la fuerza de Europa y el alma de su colonia. Delantero voraz y un atleta del área. Utiliza los brazos mejor que nadie; para planear en vuelo y aterrizar sobre la portería, manteniendo el equilibrio en el aire. Alguna vez fue delgado, hasta que el Calcio y la Premiere Legaue alimentaron su organismo y lo incubaron para convertirlo en una maquina de ataque.
Frank Lampard, Inglés del Chelsea.
Es el nuevo nieto de la Reina y el mejor soldado del imperio. No es tan guapo como David Beckham ni tan feo como Wayne Rooney. Por lo tanto su mayor virtud es el equilibrio en ataque y en defensa. Capaz de recorrer la distancia entre Inglaterra y Escocia con un balón en los pies, defendiendo a la Gran Bretaña con el corazón de un león antiguo. Representante de la nueva generación inglesa, acumula en su genética la bravura del defensor histórico y asimila en su evolución la clase del atacante moderno. Tiene tanto músculo como talento y tanta fuerza como clase. En poco tiempo se volvió figura y en menos tiempo aún; se convirtió en crack.
Van Nilsterooy, Holandés del Manchester.
La ciencia falló en la clonación de Marco Van Basten, pero en el intento incubó a Roy Van Nilsteroy. El mejor rematador sobre la tierra y capaz de convertir una piedra en un balón de gol. A pesar de sus grandes dimensiones, el holandés se mueve mejor en un espacio pequeño. Es el mago del área chica y el jugo más fresco de la naranja mecánica.
Ronaldo, Brasileño del Real Madrid.
Apenas cinco minutos de Ronaldo alcanzan para ubicarlo entre los diez mejores. Con eso le basta al brasileño para seguir metido en la pupila del mundo. Un gol suyo es como una marca registrada… “Gol de Ronaldo” se oye bien y casi siempre se ve bien. Opacado por la adolescencia de Ronaldinho que lleva su nombre y su dentadura al frente. Aún sigue siendo decisivo en cualquier campo que pise.
Raúl, Español del Real Madrid.
Pocos se han detenido a elogiar la fortaleza mental de Raúl González. Sacrificado por los técnicos y humillado por el sistema de juego del Real Madrid en su versión de Spielberg. Los euros condenaron a Raúl a jugar vestido de gala en la terracería del medio campo. Nunca se queja y siempre está para cuando lo necesiten en donde sea. A Raúl solo le falta jugar de portero y de central en un Real Madrid que tiene encadenado al talento más espectacular en la historia de su cantera. Y al goleador más grande en la historia de la Champions League.
Samuel Eto´o, Camerunés del Barcelona
Su nombre es Africa, salvaje y natural. El alma de todo un continente habita en Samuel.
Que destella tras los matices brillantes del color negro en su nobleza espiritual. Es una fiera puesta en libertad dentro de un estadio y lo más peligroso que ha sucedido en Barcelona desde Gary Lineker. Ha hecho del Nou Camp una sabana africana, donde engulle a los porteros y se devora la pelota. Cuando Eto´o sonríe la blancura de sus dientes asusta a los rivales, síntoma de que el africano va en búsqueda de alguna presa a la que pronto convertirá en alimento de su leyenda, porque todo lo que huele a gol, Samuel se lo come.
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