jueves, 2 de agosto de 2007

La mano que mece la cuna.


En actitud penetrante y en estrategia de desarrollo para nuevos mercados y generaciones, la FIFA decidió organizar el primer campeonato mundial infantil para China en el año de 1985. La promesa resultaba ser más propagandística que futbolística por el carácter de la sede y la edad de la pasión.


La nobleza de la iniciativa no puede entrar en discusión y los torneos infantiles crecieron, alimentados por el sueño de los adolescentes y la cantera de las ilusiones en cada país. La experiencia arrojó conclusiones y generó hipótesis inmediatas. Salvo Brasil y Francia; las grandes potencias adquieren personalidad ganadora en edad madura. En sentido contrario, lo africanos dominan el mundial infantil con la dentadura y la osamenta adulterada.


Los Nigerianos y Ghaneses multicampeones, asisten a la copa habiendo cazado un león y un rinoceronte con tan solo 16 años en la sabana. A pesar del furor que en los últimos días ha generado la Selección Nacional Infantil Mexicana, debemos ser cautos con la alegría y reflexivos con el pasado.


La aprobación en el jardín de niños no asegura la licenciatura futbolística, el cuadro de honor es muy pobre y sus antecedentes desoladores. En los últimos veinte años de participación infantil mexicana, solo podemos rescatar un puñado de ilustres: Luis García, Juan de Dios Ramirez Perales, Felix Fernández, Rafael García y algunos más como Luis Perez, Fernando Arce y Jose de Jesús Corona. El resto de la lista, se difumina entre los ejemplos desconocidos como: Genoni Martinez, Anselmo Sanabria, Gaspar Cisneros, Fulvio Palacios, Yared Yanez o Victor Montoya cuya carrera al igual que la de cientos, tan solo sirvió para engordar las nóminas de la Primera A y las carteras vencidas de la mayoría de los promotores, escondiendo su pasado y su futuro en el anonimato.


En el resto del mundo sucede lo mismo, apenas algunos nombres propios a los 16 años cambian su promesa de apellido en el mundial infantil con el transcurso de los años. Fernando Redondo, Marco Etcheverry, Emanuelle Petit, Luis Figo, Juan Sebastián Verón, Adriano, Alessandro del Piero, Francesco Totti, Gianluiggi Bufón, Hidetoshi Nakata, Pablo Aimar, Victor Ikpeba y Nwanko Kanú, han cumplido con el largo proceso de FIFA que va desde jugar el mundial más pequeño y también jugar el más grande. Ante el inminente futuro de la selección nacional mexicana que encabeza Giovanni y una probable confusión entre victoria y derrota, pretendemos concientizar que tan solo a esta edad, hay algo más importante que saber ganar y es: aprender a ganar.


Redactamos a continuación una serie de requisitos que el futbolista infantil, sus padres, sus entrenadores y sus directivos deberían llevar a cabo como parte esencial del compromiso con una promesa.

1.- La única obligación que debe cumplir un seleccionado infantil es divertirse como el niño que todavía es.

2.- A esa edad, incluso los árbitros y los abanderados son maestros.

3.- La victoria es una experiencia, el empate un aburrimiento y una derrota la mejor enseñanza.

4.- Cuando el futbolista apenas tiene 16 años, los padres de familia, deben limitarse a ser los celadores del sueño. El cariño que tienen por el juego jamás puede rebasar el amor que deben a su hijo.

5.- Representar a tu país más que una responsabilidad, es una oportunidad para ser alguien desde pequeño.

7.- El técnico del equipo, debe ser más tutor que instructor y una especie de familiar político para los jugadores.

8.- El promotor y el representante, son para el joven seleccionado lo que el lobo feroz para caperucita roja. Por ningún motivo a esas edades pueden ir solos al bosque.

9.- El balón sigue siendo el mejor juguete, el mejor regalo y la mayor ilusión que puedan tener.

10.- Las concentraciones, son como un campamento de verano, en donde el mejor ejercicio es la convivencia sana y alegre.

11.- Las matemáticas, la geografía, la historia y la literatura todavía son prioridad, por encima de la táctica, la estrategia, el achique y el pressing.

12.- La farándula y la fama, pueden ser la enfermedad más peligrosa, hay que vacunarlos desde los 15.

13.- El requisito constante para ser ganador; es el crecimiento sustentable.

14.- La hora del desayuno, la comida y la cena, son todavía una experiencia voraz.

15.- Los únicos que todavía pueden estirar la promesa, son los músculos y los huesos.

16.- La mentalidad es una hoja en blanco sobre la que una vida entera se puede redactar.

17.- El entrenamiento exhaustivo, es más importante fuera de la cancha que dentro de ella.

18.- Es muy común que las lágrimas puedan confundirse con risas, y el coraje con aprendizaje.

19.- Lejos de ayudar en una carrera tan temprana, el dinero suele destruirlo todo. Mucho más en lo individual que en lo colectivo.

20.- Es indispensable que las hormonas también asistan a la charla técnica.

21- La lesión más peligrosa puede ser el desgarre de la inocencia.

En la promesa esta el compromiso con el futuro. Pero el pasado, solo està lleno de buenas intenciones. Por lo pronto disfrutemos nuestro presente donde los chavos Méxicanos siguen disfrutando su infancia en Perù.

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